viernes, 3 de septiembre de 2010

Tres novelas de David Brin

El efecto práctica
"El Efecto Práctica" fue el libro que despertó mi interés por este autor, lo leí ya tres veces y es por lejos mi novela de ciencia ficción favorita. Aunque premiado con varios Hugo, David Brin no es tan conocido ni tan aclamado como otros maestros del género, no alcanza la altura poética de Ray Bradbury, la inventiva y la profundidad filosófica de Isaac Asimov, etc. Dentro de su obra "El efecto práctica" tampoco se considera como la destacada, pero a mí ningún otro libro de ciencia ficción me resultó tan atrapante.
Está obviamente inspirada en "Un yanqui en la corte del rey Arturo" de Mark Twain. En el libro de Twain un hombre del siglo XIX recibe un golpe en la cabeza y se despierta en la Inglaterra medieval, en el de Brin un doctor en física del siglo XXI viaja a otro planeta y va a parar a una sociedad feudal. En ambos casos los viajeros son tomados por magos y recibidos con hostilidad por las autoridades, aprovechan sus conocimientos superiores en ciencia y tecnología para sobrevivir a todo tipo de amenazas. Sólo que el mundo al que arriba el físico de Brin tiene una curiosa peculiaridad, el "efecto práctica" que desafía las leyes de la termodinámica. El físico rescata a una princesa local e inician una larga y acelerada huida, con ayuda de su robot de exploración y de un extraño animalillo con forma de cerdo volador. Las tropas del maquiavélico señor feudal les pisan los talones, al borde de una guerra con el reino de la princesa rescatada. Quizás el secreto del efecto atrapante del libro sea la brillante adaptación del viejo esquema de los cuentos de hadas. El héroe que derrota al dragón (señor feudal) y rescata a la princesa utilizando la ayuda de algún objeto mágico (sus "adelantos" tecnológicos, como la rueda). Ya sabemos que dicho esquema adaptado a la ciencia ficción puede llegar a fascinar a una numerosa audiencia de cine, aunque a mí personalmente no me guste Star Wars.

Hombres de barro
En un futuro no muy lejano, existe una tecnología que permite crear duplicados de uno mismo hechos de barro que duran unas pocas horas o días. Cada duplicado tiene un color distinto según su utilidad, los verdes sirven para tareas de mantenimiento, los grises para tareas intelectuales, los blancos para los placeres sexuales, etc. Al final del día, antes de que se venzan y se descompongan, las copias de barro vuelven al humano original que puede elegir si recibir en su cerebro la memoria de lo hecho por sus duplicados. Un detective privado que utiliza sus duplicados en sus investigaciones, debe atrapar a su archienemigo: un huidizo bandido que vende copias piratas de personajes famosos. Al mismo tiempo, tiene que resolver la misteriosa desaparición de uno de los creadores de la nueva tecnología, por encargo de un no menos misterioso magnate de la industria de cuerpos de barro. La novela está bastante bien, aunque podría ahondar más en las potenciales implicaciones sociales, éticas y filosóficas del hipotético sistema de clonación. En este caso las secuencias de acción que tampoco están mal, no me resultaron tan atrapantes como para suplir del todo esa carencia en el nivel literario.

El cartero
Me había gustado mucho la versión cinematográfica de los noventas protagonizada por Kevin Costner. En un mundo post-apocalíptico, un hombre encuentra una uniforme de correo y una bolsa llena de cartas, se hace pasar por cartero para conseguir cobijo y comida en un pequeño poblado de sobrevivientes. La cosa se le va de las manos cuando otros comienzan a imitarlo y crean un servicio de correos de verdad. El sistema de correo renueva el patriotismo de la gente y la esperanza en la restauración de los antiguos Estados Unidos de América. Esta situación despierta el descontento de"El general", un hombre con delirios de grandeza que había aprovechado el vacío de poder para erigirse en líder, creando una banda paramilitar que se rige por la ley del más fuerte y abusa de los otros sobrevivientes. El argumento del libro es un bastante distinto, la esperanza no está puesta tanto en el correo y el resurgimiento del patriotismo, sino en unas super-computadoras que aún guardan los conocimientos tecnológicos perdidos con la caída de la civilización. Son varias las milicias que hostigan a los sobrevivientes, la que se enfrenta con el protagonista tiene un líder que más que en su carisma se apoya en una ventaja tecnológica que guarda en secreto. La película es mucho mejor que el libro.


Véase también: 18 novelas de ciencia ficción.

lunes, 2 de agosto de 2010

Cristopher de la Barca

Fui a ver "Inception", la tan aclamada película del tan halagado director Cristopher Nolan. Qué decepción. No es que la película sea mala, al contrario, es muy buena en varios aspectos: las escenas de acción, el suspenso, la trama psicológica, el planteo filosófico. Pero durante las más de dos largas horas de película, me acompañó constantemente la molesta sensación de "hey, esto ya lo había visto en otra parte", aún más que con Avatar de James Cameron. Tendría que habérmelo esperado, quizás a esta altura ya no se puede hacer una película sobre sueños que resulte ni remotamente original. Aunque por otro lado, de ese que ahora proclaman como el nuevo genio del séptimo arte, se podría exigir algo más que un pastiche de varias obras anteriores, con el único agregado de la cara bonita de Leo Di Caprio y todos los efectos especiales que 160 millones de dólares puedan comprar. Aquí algunas de las ideas planteadas en el film que pueden sonar innovadoras pero no lo son (advertencia, contiene spoilers):

La vida es sueño.
"Y los sueños, sueños son." Calderón de la Barca (1635), siglos antes del nacimiento de Julio Verne y la ciencia ficción, ya nos planteaba la idea de que no es posible distinguir entre sueño y realidad, uno de los motivos recurrentes de la literatura barroca. Pero lo más curioso es que la principal premisa de la película, la que parece más original, ya la había concebido el dramaturgo español: se puede aprovechar el confuso estado del sueño para meterle a alguien ideas en la cabeza y modificar su forma de actuar. Se puede convencer a alguien de que está soñando para impulsarlo a tomar decisiones políticas. En el caso de "Inception" son decisiones económicas.

La muerte es despertar.
"Abre los ojos" (1997) o en su versión yanqui "Vanilla Sky" (2001) tratan el caso de un hombre cuyo cuerpo está en coma mientras que su mente vive en un mundo virtual de fantasía. Para poder despertar, el personaje debe llevar a cabo una difícil acción que simbolice su voluntad de abandonar el mundo de ensueño en el que se encuentra sumergido: suicidarse. Esto recuerda a la escena en la que el personaje de Di Caprio debe convencer a su víctima de que no se suicide para evitar que escape del sueño. "Abre los ojos" y "Vanilla Sky" tienen una gran ventaja sobre "Inception": Penélope Cruz.
Más similar todavía es una de las escenas de "Total Recall" (1990). El personaje interpretado por Arnold Schwarzenegger compra la memoria de haber realizado un viaje a Marte. Cuando más tarde viaja realmente a Marte para luchar contra los malos de la película, uno de ellos intenta convencerlo que aún se encuentra en la empresa de implantación de memorias donde ha ocurrido un error, para salir de la ilusión tiene que tomar una píldora (¿Alguien dijo Matrix?). Los argumentos para convencer a Schwarzenegger de que su realidad no es más que una ilusión inducida, son exactamente los mismos que utiliza la mujer del personaje de Di Caprio para intentar convencer a su esposo de cometer suicidio: no es creíble que sean héroes de acción mezclados en una trama de espionaje, tiene que ser un sueño. La ventajas de "Total Recall": es más corta, más graciosa, más divertida y no nos olvidemos: la mujer de tres pechos.

Soñé que soñé que soñaba.
Si te despiertas de un sueño, ¿cómo sabes que no estabas soñando que soñabas y por lo tanto a otro nivel aún sigues soñando? Complicado sí, original no. Más que con sueños esta idea la vi desarrollada con el tema de la realidad virtual, con especial maestría en la película "eXistenZ" (1999), que recomiendo mucho más que "Inception". También en Matrix, sobre todo en "Matrix Revolutions" (2003) donde resulta que en el "mundo real", Neo sigue manteniendo los poderes que sólo eran posibles en la realidad virtual en la que viven los humanos inconscientes de su estado.

Sueños arquitectónicos.
Me dirán que los sueños y la realidad virtual no son la misma cosa, pero en "Inception" sí lo son. Los sueños de Nolan son muy consistentes y no saltan por asociación inconsciente de lugar en lugar y de tema en tema como ocurre de verdad cuando uno sueña, son sueños bastante sólidos construidos por un arquitecto, como una realidad virtual programada por un programador. O como una matriz construida por un arquitecto (¿Había mencionado a Matrix ya?). Otra película que hace hincapié en las cualidades arquitectónicas del mundo virtual es "El piso 13" (1999).

El cine es sueño.
La idea aparece implícita en la película, aunque se torna casi explícita en los segundos finales. Idea tan antigua como el cine mismo, y si no vean la película muda de Buster Keaton: "Sherlock Holmes Jr." (1924).

martes, 11 de mayo de 2010

Larry Sanger, Jimmy Wales, pedofilia y lolicon

La noticia se puede leer en detalle aquí. En resumen, Larry Sanger, co-fundador de wikipedia (se alejó del proyecto hace años por sus diferencias con el otro fundador: Jimmy Wales) y fundador de citizendium (sitio que intenta sin éxito competir con el anterior), envió una carta al FBI acusando a wikipedia de transmitir imágines pedófilas ilegales que vio en los artículos pedofilia y lolicon, de paso tachó a Erik Moeller, directivo de la fundación wikimedia, de ser un "conocido defensor de la pedofilia" (véase la respuesta de Moeller). Según el abogado de la fundación wikimedia, Mike Godwin (sí, el autor de la famosa Ley de Godwin), las acusaciones de Sanger no tienen ninguna base legal (por el contrario, es el propio Sanger quien podría estar incurriendo en una ofensa legal al difamar a Moller). Fox News se hizo eco de las acusaciones de Larry Sanger y el asunto tomó así mayores proporciones. Jimmy Wales procedió a borrar unas cuantas de las "imagenes maliciosas" sin consultar primero con la comunidad, generando fuertes protestas que lo llevaron a renuciar a sus privilegios de fundador que le permitían eliminar material y demás.

Algunas reflexiones:

1. Todo este escándalo suena como a otro intento desesperado de wikipedia por parodear a inciclopedia. Dos años antes inciclopedia ya había sido acusada de inducir a la zoofilia.
2. La actitud de Jimmy Wales ante las imágenes controversiales, fue la misma que la del staff de su compañía wikia, ante la amenaza legal del cantante español Ramoncín a raiz del artículo sobre su persona en inciclopedia: borrar primero, pensar después. O como dirían en el lejano oeste: shoot first, ask later. Y claro, ya debería anticipar que ese tipo de acciones no suelen ser recibidas con un coro de aplausos.
3. ¿¿¿Qué hacía Larry Sanger merodeando por los artículos pedofilia y lolicon???
4. Si esto fue una maniobra de Larry Sanger para atraer tráfico y publicitar citizendium, tampoco le va a dar grandes resultados más que a corto plazo. Por cualquier lado que se lo mire, citizendium no tiene ninguna posibilidad de competir realmente con wikipedia, no están en la misma liga. Wikipedia es mucho más sexy. Se puede sintetizar en dos imágenes. Una de Jimmy Wales:


Y otra de Larry Sanger:


5. Qué fue del Larry, el juego de computadora, ¿se acuerdan?

martes, 2 de marzo de 2010

Las tres teorías del humor

Existen infinitas teorías que intentan explicar las motivaciones individuales del humor, pero se las puede agrupar en tres grandes: teoría de la superioridad, teoría del alivio de tensiones y teoría de la interpretación de incongruencias.

1. La teoría de la superioridad es quizás la más antigua, puede rastrearse hasta Platón y Aristóteles. El humor nos permite sentirnos superiores frente los demás o frente a nosotros mismos. Quien lo expresó directamente y con mayor claridad fue el filósofo inglés Thomas Hobbs en su obra On nature:

"The passion of laughter is nothing else but sudden glory arising from sudden concepction of some eminnecy in ourselves by comparison with the infirmity of others, or with our own formerly"
Esta teoría se puede utilizar para explicar la enorme cantidad de chistes, bromas y burlas sobre personas con defectos, que comenten errores o sufren accidentes.

2. La teoría del alivio de tensiones se puede dividir en dos, el aspecto físico y el aspecto psicológico. Desde el punto de vista físico, varios estudios médicos señalan las virtudes saludables que tiene el acto de la risa para el cuerpo humano, aliviando tensiones musculares, limpiando la ventilación, etc. Desde el punto de vista psicológico, se puede ver al humor como una forma de aliviar tensiones emocionales y sociales, tal como lo expresa Sigmund Freud en El chiste y su relación con el incosciente. Para Freud los chistes funcionan de forma similar a los sueños, permiten expresar los deseos reprimidos del inconsciente de un modo socialmente aceptable.

3. Según la teoría de la interpretación de incongruencias, el humor es la forma que tenemos de lidiar con aquello que no encaja con la lógica racional. Nos puede hacer gracia lo que se percivimos como irracional, paradójico, incoherente, falaz o inapropiado. Como diría Groucho Marx: "Humor is reasoning gone mad".

Nótese que las tres teorías no necesariamente se contradicen. Un mismo chiste puede ser explicado desde los tres puntos de vista. Por ejemplo la frase de Woody Allen: "No querría unirme a ningún club que me tuviese a mí como miembro". Superioridad: burla hacia los clubes excluyentes o hacia sí mismo. Alivio de tensiones: disminuye el estrés que genera el rechazo de esos clubes (viniendo de Woody Allen se lo puede entender en el contexto del antisemitismo, su miedo neurótico a que lo excluyan por judío, en referncia los clubes antisemitas). Incongruencias: la frase es inherentemente contradictoria.


Resumen parcial del artículo: Lynch, Owen (2002). Humoros Communication: Finding a Place for Humor in Communicarion Research, Communication Theory, 12, 423-45

jueves, 18 de febrero de 2010

Científicos y ciclistas

Por fin ha sido desbaratada esa farsa del calentamiento global, esa conspiración mundial de científicos chiflados para obligarnos a andar en bicicleta y financiar sus investigaciones. Es obvio que detrás de ese complot se esconden los grandes capitales de las fábricas de bicicletas. Ya lo decía yo, la culpa de todo la tienen los científicos y los ciclistas. Pero ya no importa, ahora puedo hacer todas aquellas cosas que siempre soñé sin que me remuerda la conciencia por recalentar el planeta.

En primer lugar venderé mi bicicleta y usaré el dinero para comprarme un jeep todo terreno, de esos que consumen más nafta que un portaaviones. Dejaré de clasificar la basura, basta de reciclaje, a partir de hoy cuando vaya al supermercado para cargar con víveres mi nuevo jeep sólo me llevaré productos en embases de plástico, nailon o cualquier otro material que tarde por lo menos medio milenio en degradarse. Una vez que esté bien provisto, aprovecharé mi nuevo medio de transporte para irme de safari por África. Pero nada de esos safaris fotográficos para vegetarianos, a divertirse cazando animales como Dios manda, pero ojo, sólo especies en peligro de extinción, que tampoco soy un desalmado. No para comerlos - para eso ya están los pollos reventados a hormonas o las gallinas ponedoras encerradas de a veinte por cada jaulita - sino para quitarles sus pieles y darle un toque más fashion al tapizado del jeep. Si eso no me satisface siempre puedo cambiar de destino y quemar algunas hectarias de la Amazonia, construir allí alguna que otra fábrica de pesticidas en aerosol, vertir los residuos industriales en los ríos y demás fuentes de agua potable de la zona, despedir a la atmósfera una buena dosis diaria de monóxido de carbono y varios gases tóxicos.

lunes, 18 de enero de 2010

Ni aunque fueras el último hombre sobre la faz de la tierra

- No aceptaría salir contigo ni aunque fueras el último hombre sobre la faz de la tierra.
- Lástima, por que de hecho soy el último hombre sobre la faz de la tierra. O por lo menos el último hombre en varios miles de kilómetros a la redonda, quizás en otros continentes queden otros machos de la especie que sobrevivieron al holocausto nuclear, aunque te será difícil encontrar alguno sano y sin mutaciones.
- Siendo así, acepto salir a dar una vuelta contigo. Pero no te hagas ilusiones, sólo como amigos.
- No creo que sea posible. Para ser precisos, no soy el último hombre sobre la faz de la tierra, sino de bajo de ella, en este bunker subterráneo. No podemos salir a dar una vuelta, las radiaciones nos matarían en menos de media hora.
- Bueno, bueno, acepto entrar a tu casa a tomar una tasa de café, pero sólo una tasa de café, no te creas que vas a conseguir algo más.
- Ya estás adentro y no tenemos café, la semana pasada agotamos las reservas de café, té, leche achocolatada, cerveza, vodka y daikiri de frutilla. Esta rutina me está matando, por qué no pasamos a la siguiente fase ¿podemos acostarnos de una buena vez? Piensa que es por el bien de la raza humana, debemos procrear o corremos el peligro de extinguirnos.
- ¿Pero por quién me has tomado? No me importa si es el fin del mundo, soy una chica y necesito un poco de romanticismo.
- Esta bien, tienes razón, lo intentaré una vez más... Hola hermosa, que te parece si tu y yo damos una vuelta y nos conocemos mejor...
- Ni loca. No aceptaría salir contigo ni aunque fueras el último hombre bajo la faz de la tierra.

viernes, 15 de enero de 2010

Soy un embarazo psicológico

No, no es broma, soy un embarazo psicológico, ese fue el diagnóstico que le dio su psicoanalista a mi querida mamá cuando le anunció que estaba encinta. Lo que están leyendo en estos momentos en realidad no lo están leyendo, es un producto ilusorio de una psicosis materna que después de tantos años aún se niega a desvanecerse.

Me imagino qué clase de profesional emite semejante diagnóstico con seguridad, algo tan raro e infrecuente como un embarazo psicológico, sin tomar los pasos para descartar primero la posibilidad más común, obvia y natural: que mis padres hubieran enviado una carta a París encargándome a la cigüeña. Eso o la actividad sexual de mis progenitores (sobre la que imagino la psicoanalista habrá indagado, si no de veras hay que demandarla), había producido lo que la actividad sexual entre adultos del sexo opuesto suele producir: un embarazo. Supongo que en aquella época los tests de embarazo y los ultrasonidos no eran tan simples y accesibles como hoy, pero se me ocurre que habría sido una medida razonable evaluar la alternativa antes de emitir tal juicio. Pero bueno, cuando alguien está religiosamente convencido de que todo se puede y debe explicar a través de sus teorías y dentro de su área de conocimiento, suceden este tipo de cosas.

Algunos miembros de la familia se escandalizaron al enterarse de aquel embarazo por fuera del matrimonio, me pregunto si estos familiares no hubieran preferido que el diagnóstico fuera correcto. Su actitud me choca más que la de la psicoanalista, aquella al menos me concedía un aura de creatividad, ya desde el útero me ligaba a la ficción, me parece menos agresivo que negarme la vida por unos valores retrógrados y anticuados. Para tranquilidad de la flía, mi madre no dio a luz a un bastardo, mis padres contrajeron matrimonio civil y religioso unos meses antes de mi nacimiento. De chico mi madre me mostraba las fotografías del casamiento en Montevideo y de la luna de miel en Bariloche, me decía sonriente que yo ya estaba allí, observando todo con curiosidad a través del agujerito del ombligo. Yo me lo creía, me tomó años comprender que bromeaba. A veces me vuelve a asaltar la duda y doy gracias a Dios por no guardar recuerdos de la noche de bodas.

miércoles, 13 de enero de 2010

Cosmopolitan y Hermann Hesse

Trabajo nocturno en una zona tranquila y silenciosa por la que casi no pasa gente antes de la madrugada. Tengo que matar seis o siete horas sin otros medios de entretenimiento que la revista Cosmopolitan, edición israelí para el mes de enero del 2010, y la novela Siddharta (1922) del escritor suizo-alemán ganador del Premio Nobel, Hermann Hesse.

Una experiencia muy educativa y enriquecedora, a partir de estás dos inagotables fuentes del saber, en una misma noche aprendí que:

1. Lo que a los hombres más nos excita es sentirnos deseados.
2. La palabra OM tiene un gran poder espiritual, representa la unidad inherente de todas las cosas en el universo.
3. Si realmente quieres excitar a tu hombre pégale una palmada en el trasero durante el acto sexual, así le transmitirás que lo deseas por su cuerpo y no por su intelecto.
4. Pensar, esperar y ayunar. Esas son todas las habilidades que un hombre necesita para lograr cualquier meta que se proponga.
5. Por motivos evolutivos los hombres nos sentimos atraídos en forma instintiva a las mujeres de aspecto sano y con capacidad para procrear.
6. El saber es comunicable pero la sabiduría no. La sabiduría que un sabio intenta comunicar suena siempre a simpleza.
7. Las botas hasta la altura de la rodilla son el último grito de la moda en calzado femenino.
8. La iluminación no se puede obtener siguiendo ninguna doctrina ni a ningún maestro, ni siquiera al mismísimo Buda. La paz del espíritu sólo se puede alcanzar mediante la búsqueda independiente e individual.
9. Los hombres no disponibles son más atractivos. Por eso Justin Long es mucho más sexy desde que sale con Drew Barrymore.
10. El tiempo no es real, también el lapso que parece existir entre el mundo y la eternidad, entre el sufrimiento y la bienaventuranza, entre lo malo y lo bueno, [¿entre Hermann Hesse y Cosmopolitan?] es una ilusión.

lunes, 11 de enero de 2010

Volver al Edipo

La relación entre Volver al Futuro de Robert Zemeckis y Edipo Rey de Sófocles es tan obvia que resulta casi trivial mencionarla.

Edipo, advertido por el Oráculo de Delfos que su destino era matar a su padre y desposar a su madre, intenta evitar el cumplimiento de la profecía alejándose de su hogar en Corinto, partiendo hacia a Tebas. Sin saber que en Corinto era hijo adoptivo, mata por el camino a su verdadero padre, el rey de Tebas, y más tarde se une a su propia madre con quien procrea tres hijos-hermanos. Cuando finalmente se entera de cuanto la ha cagado se arranca los ojos y se exilia de la ciudad. La tragedia de Edipo, uno de los grandes clásicos de la literatura, se popularizó aún más a través de la interpretación de Sigmund Freud, quien vio en la obra de Sófocles una representación artística (sublimación) de lo que llamó Complejo de Edipo: el deseo de matar al padre y acostarse con la madre por el que, según él, pasamos todos a la edad de tres a cinco años.



Marty McFly no mata a su padre ni llega a consumar con su madre, pero por un período de tiempo llega a concretar perfectamente la fantasía del Complejo de Edipo, sustituir a su propio padre y ocupar su rol en su relación romántica con su madre. En lugar de matarlo, Marty cree estar salvándole la vida a su padre cuando evita que lo arroye un coche y es atropellado a su lugar. Pero de esta manera Marty quita a su padre de en medio, quedando en el mismo momento, el mismo lugar y la misma circunstancia que había desencadenado el enamoramiento inicial de su madre hacia a su padre. Para horror de Marty, las miradas de compasión y deseo de su madre hacia el pobre accidentado ahora van dirigidas a él.

McFly no viaja en el espacio, de Corinto a Tebas, sino en el tiempo, de la década del ochenta a la década del cincuenta. No lo moviliza el misterioso oráculo sino el aún más enigmático Doctor Brown con su máquina del tiempo, el DeLorean. Su esfuerzo por enderezar el curso del destino, no surge a raíz de la predicción profética del futuro, sino por los embrollos del viaje en el tiempo, la paradoja temporal que amenaza con eliminar su propio nacimiento. Me puedo imaginar a Sófocles leyendo con interés "La máquina del tiempo" de H. G. Wells, y escribiendo un guión similar. Estoy seguro de que si volviéramos a la antigua Grecia y le lleváramos una cámara filmadora, lo instáramos a mitigar su tendencia de dramaturgo trágico a arrancar ojos y repartir muertes violentas y horripilantes entre sus personajes, el resultado sería Volver al futuro. Aunque quizás se producirían algunas diferencias culturales un poco más bruscas si la Pepsi Diet, el Skateboard, el Rock and Roll y la nociva costumbre de mantener más de un televisor en la misma casa, se adelantaran de los años ochenta al siglo V a.c.

Un poco menos obvia y bastante menos comúnmente notada que la relación entre Volver al Futuro y Edipo Rey, es la relación entre Volver al Futuro II y otro clásico que según Freud también representa al Complejo de Edipo: Hamlet de William Shakespeare. Hamlet no puede matar a su padre, el rey de Dinamarca, y quedarse con su madre, puesto que su tío y hermano del difunto rey, ya lo ha hecho. El fantasma del padre asesinado se le aparece a Hamlet al principio de la obra y le ordena vengar su muerte. Pero a Hamlet, entre cuestionamientos existenciales, episodios de locura reales o fingidos, obra de teatro en la corte, viaje de ida y vuelta a Inglaterra, conversación con un cráneo y un largo etcétera, le lleva lo que puesto por completo en escena serían seis horas de drama, antes de darle muerte a su infame tío (y morir él mismo en la contienda, claro está). Según la interpretación freudiana, esa dificultad que tiene Hamlet para la acción no se debe a minucias existenciales, sino a que se siente identificado con su tío que ha puesto en práctica sus deseos más íntimos y censurables, atacarlo sería como atacarse a sí mismo. El tío y el sobrino representan la batalla de sentimientos encontrados que en la realidad se suelen dar dentro de una misma persona.



En Volver al Futuro II, Biff, el archi-enemigo de los McFly (padre e hijo), antiguo pretendiente de la madre en su época de adolescentes, viaja al pasado y lleva a cabo de modo literal y sin escrúpulos lo que Marty ya había hecho en forma más figurada y reprimida en la primera entrega de la trilogía, apartar al padre (lo mata) y quedarse con la madre. Aprovechando la misma codicia de Marty (codicia económica en sentido manifiesto y codicia sexual en sentido latente), se le adelanta en aplicar la idea de utilizar una revista del futuro con los resultados de los eventos deportivos, para hacerse millonario a través de las apuestas. Biff, al igual que el tío de Hamlet, comete el crimen, se hace con el reino y con la reina, mientras que Marty queda atrapado en un mundo de pesadilla, aunque más jocoso y no tan filosófico como el del trágico Hamlet. Biff lo hace todo mucho más explícito y brutal, como los implantes mamarios que confiere a la madre de Marty, pero el deseo es básicamente el mismo que el ya expresado anteriormente el propio Marty.

No sé por qué, pero me cuesta más imaginarme a Shakespeare dirigiendo una producción de Spielberg que a Sófocles, la Inglaterra del siglo XVII se me antoja menos propensa a las demencias futuristas. No importa, con Volver al Futuro III, la trilogía ya sí se aparta por fin de la tragedia griega y del teatro isabelino.