viernes, 3 de septiembre de 2010

Tres novelas de David Brin

El efecto práctica
"El Efecto Práctica" fue el libro que despertó mi interés por este autor, lo leí ya tres veces y es por lejos mi novela de ciencia ficción favorita. Aunque premiado con varios Hugo, David Brin no es tan conocido ni tan aclamado como otros maestros del género, no alcanza la altura poética de Ray Bradbury, la inventiva y la profundidad filosófica de Isaac Asimov, etc. Dentro de su obra "El efecto práctica" tampoco se considera como la destacada, pero a mí ningún otro libro de ciencia ficción me resultó tan atrapante.
Está obviamente inspirada en "Un yanqui en la corte del rey Arturo" de Mark Twain. En el libro de Twain un hombre del siglo XIX recibe un golpe en la cabeza y se despierta en la Inglaterra medieval, en el de Brin un doctor en física del siglo XXI viaja a otro planeta y va a parar a una sociedad feudal. En ambos casos los viajeros son tomados por magos y recibidos con hostilidad por las autoridades, aprovechan sus conocimientos superiores en ciencia y tecnología para sobrevivir a todo tipo de amenazas. Sólo que el mundo al que arriba el físico de Brin tiene una curiosa peculiaridad, el "efecto práctica" que desafía las leyes de la termodinámica. El físico rescata a una princesa local e inician una larga y acelerada huida, con ayuda de su robot de exploración y de un extraño animalillo con forma de cerdo volador. Las tropas del maquiavélico señor feudal les pisan los talones, al borde de una guerra con el reino de la princesa rescatada. Quizás el secreto del efecto atrapante del libro sea la brillante adaptación del viejo esquema de los cuentos de hadas. El héroe que derrota al dragón (señor feudal) y rescata a la princesa utilizando la ayuda de algún objeto mágico (sus "adelantos" tecnológicos, como la rueda). Ya sabemos que dicho esquema adaptado a la ciencia ficción puede llegar a fascinar a una numerosa audiencia de cine, aunque a mí personalmente no me guste Star Wars.

Hombres de barro
En un futuro no muy lejano, existe una tecnología que permite crear duplicados de uno mismo hechos de barro que duran unas pocas horas o días. Cada duplicado tiene un color distinto según su utilidad, los verdes sirven para tareas de mantenimiento, los grises para tareas intelectuales, los blancos para los placeres sexuales, etc. Al final del día, antes de que se venzan y se descompongan, las copias de barro vuelven al humano original que puede elegir si recibir en su cerebro la memoria de lo hecho por sus duplicados. Un detective privado que utiliza sus duplicados en sus investigaciones, debe atrapar a su archienemigo: un huidizo bandido que vende copias piratas de personajes famosos. Al mismo tiempo, tiene que resolver la misteriosa desaparición de uno de los creadores de la nueva tecnología, por encargo de un no menos misterioso magnate de la industria de cuerpos de barro. La novela está bastante bien, aunque podría ahondar más en las potenciales implicaciones sociales, éticas y filosóficas del hipotético sistema de clonación. En este caso las secuencias de acción que tampoco están mal, no me resultaron tan atrapantes como para suplir del todo esa carencia en el nivel literario.

El cartero
Me había gustado mucho la versión cinematográfica de los noventas protagonizada por Kevin Costner. En un mundo post-apocalíptico, un hombre encuentra una uniforme de correo y una bolsa llena de cartas, se hace pasar por cartero para conseguir cobijo y comida en un pequeño poblado de sobrevivientes. La cosa se le va de las manos cuando otros comienzan a imitarlo y crean un servicio de correos de verdad. El sistema de correo renueva el patriotismo de la gente y la esperanza en la restauración de los antiguos Estados Unidos de América. Esta situación despierta el descontento de"El general", un hombre con delirios de grandeza que había aprovechado el vacío de poder para erigirse en líder, creando una banda paramilitar que se rige por la ley del más fuerte y abusa de los otros sobrevivientes. El argumento del libro es un bastante distinto, la esperanza no está puesta tanto en el correo y el resurgimiento del patriotismo, sino en unas super-computadoras que aún guardan los conocimientos tecnológicos perdidos con la caída de la civilización. Son varias las milicias que hostigan a los sobrevivientes, la que se enfrenta con el protagonista tiene un líder que más que en su carisma se apoya en una ventaja tecnológica que guarda en secreto. La película es mucho mejor que el libro.


Véase también: 18 novelas de ciencia ficción.

3 comentarios:

  1. Habrá que echarle un vistazo, por lo que dices tienen buena pinta. Sólo conozco de este hombre el libro que escribió para la trilogía de continuación de la saga de Fundación de Asimov. Tengo por casa el segundo de esa trilogía, de Greg Bear, pero como no me convence mucho eso de continuar explotando el filón una vez muerto el autor, nunca lo leí... A lo mejor un día me animo y me hago con los otros dos.

    Respecto al género, tengo un recuerdo muy bueno de los primeros relatos cortos de ciencia ficción que leí. Eran dos volúmenes titulados "La Edad de Oro de la Ciencia Ficción" (aunque los relatos corresponden a una época ligeramente anterior, y de hecho en inglés se titula "Before the Golden Age"), recopilados y prologados por Asimov. La verdad es que hay un montón de relatos cortos de los años 30 y 40 buenísimos, y algunos con un matiz humorístico evidente. En este sentido, nunca se me olvidará "El robot vanidoso" de Henry Kuttner.

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  2. Hola. No me entusiasmaron los tres libros sobre Seldon de Bear, Benford y Brin y creo que el peor es el de Brin, mete demasiadas facciones de robots, gente que "sabe" lo que Daneel oculta a la Galaxia y muchas cosas forzadas. Estoy en el principio de otro libro de Brin, Estaciones de la marea, y tampoco me entusiasma. De los tres que mencionas, creo que le voy a dar una oportunidad a El cartero.

    ¿Y entre el de Twain y el de Brin? Hay otros muchos en la misma onda, pero una comparación interesante con estos dos sería la novela del chileno Hugo Silva, Pacha Pulai, en que el "hombre moderno" es nada menos que el teniente Bello que llega a la Ciudad de los Césares.

    Saludos.
    Roberto.

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  3. "Me había gustado mucho la versión cinematográfica de los noventas protagonizada por Kevin Costner."

    "La película es mucho mejor que el libro."

    ¡Oh Dios Todopoderoso!

    P.D. Aunque viendo las vigas que comento en mi blog no soy quien para ver pajas en blogs ajenos.

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